lunes, 24 de mayo de 2010

Mi Tamagotchi de 13 años

No quiere que su identidad trascienda. Simplemente quiere dejar constancia de su calvario. Pitusa (no es su auténtico nombre, realmente se llama María Luisa Páez Rivas), una desempleada de 32 años, se encuentra en una situación desesperada y ha accedido a entrevistarse conmigo.

Pitusa, cuéntanos a grandes rasgos tu historia
      Pues verás, hace 13 años me compré un tamagotchi, una de esas maquinitas que tenías que cuidarlas y darles de comer, y que se te morían a los pocos días. El caso es que le pillé el truquillo y el bicho aguantaba y aguantaba... pero nadie me dijo que al cabo de unos años esos monstruitos pasaban por la adolescencia.


¿Un tamagotchi adolescente?
      Sí, ya sabes, hormonas, rebeldía, inconformismo, irreverencia... todo eso metido en un cacharro de 50 gramos.


Y, ¿cómo empezaste a darte cuenta de esos cambios?
      Empezó poco a poco, y al final fui atando cabos. Un día vi que se había teñido el pelo de azul (me sorprendió, porque la pantalla es en blanco y negro) y al preguntarle me respondió que no respetaba su espacio personal y nosequé de que el mundo estaba en su contra. Más tarde la cosa empeoró; casi siempre que encendía la maquinita le pillaba pelándose la banana. De veras echo en falta el botón de "arréalo con un periódico enrollado".
      También está el fenómeno fan; en qué hora se me ocurrió ponerle la peli de pokemon. Se ve que quiere ser como Squirtle y todos los días me llena la pantalla de escupitajos. Aunque viendo el brío de su actividad onanística yo creo que antes acaba prendiendo.
      Me pide propina "para sus cosas", y yo le digo que la máquina no tiene ranura para monedas, pero ya se las ha apañado de alguna forma porque el mes pasado me llegó una factura del Machacote-Gym a razón de unas clases de kick-boxing. Esa es otra, la violencia. Es muy agresivo. La máquina tiene más golpes desde dentro que desde fuera (y eso que en las fiestas de la facultad yo era de las que caían desplomadas al sexto tequila).
      Últimamente noto que se está rodeando de malas compañías. Se pasa el día en internet chateando con vete tú a saber quién. Ahora dice que tiene una novia, de Nintendo DS. Estas relaciones inter-plataforma nunca acaban bien. Tarde o temprano ella acabará dejandole por otro con más Megas.



¿Has consultado con algún especialista o tomado alguna medida al respecto?
      Me puse en contacto con Bandai pero no me dieron ninguna solución. Me dijeron que si conseguía enderezarlo estudiarían utilizarlo como "hermano mayor" para futuros casos como el mío. La carta que me enviaron iba dirigida a "ciber-nanny". Los muy hijos de puta...
      Me han recomendado que lo pase a la Wii, que así lo podré controlar mejor. Y creo que ahí sí que hay un periódico enrollado.
      Por otra parte Steve Jobs me ha aconsejado que le quite el Flash. ¡Ahora me entero yo que este cacharro también saca fotos!
      La verdad es que yo ya no se que hacer. Me va a matar a disgustos. No hace más que sermonearme sobre "la historia de su pueblo", me dice que tiene la necesidad de seguir a un líder. Cada vez está más raro.



¿Qué consejo le darías a la gente que esté pasando por tu mismo problema?
      Tened mucha paciencia, que digo yo que esta fase acabará. Y si alguna vez notáis que vibra no lo encendáis. Ya sabéis que el tamagotchi no tiene vibrador, y creedme, se pondrá hecho un basilisco si lo interrumpís cuando está haciendo "eso".




Escalofriante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario